Don Juan es, junto a Don Quijote, Hamlet, Fausto y Robinson
Crusoe, uno de los mitos de la modernidad: figuras que
galvanizan actitudes y conductas características de la
sociedad que se conforma desde principios del siglo xvii
y hasta nuestros días. A diferencia de los demás, Don Juan
carece de una forma canónica. Su primera versión impresa,
la española de Tirso de Molina (1630), abre una larga serie de
figuras que afloran en toda la literatura occidental: Molière,
Pushkin, E. T. A. Hoffmann, Lord Byron, Dumas, Flaubert,
Apollinaire y Alfred Jarry son solo algunos de los autores de
versiones y revisiones de las peripecias de Don Juan: acecho,
posesión, huida, y vuelta a empezar.
Usurpador de identidades, Don Juan busca incansablemente
su propia entidad completa, que nunca alcanza. No es solo
la encarnación de la soberbia y la ansiedad, sino también
de lo inacabado: el presente volumen incluye las versiones
-apenas apuntes, pero geniales- de Flaubert y de Baudelaire,
nunca antes traducidas al castellano. Don Juan es ante todo
un seductor de escritores: no solo dramaturgos, poetas y
novelistas; también filósofos, psicoanalistas, mitólogos e
historiadores intentan desentrañar el dispositivo Don Juan.
¿Existe, entre todas las versiones y abordajes, un verdadero
Don Juan, o es más bien la superposición poderosa y siempre
abierta de todas esas figuras? ¿Por qué un personaje en
apariencia sencillo posee un magnetismo tan poderoso como
para reaparecer permanentemente no solo en los libros
o en el escenario sino también en el cine y hasta en las series?
El presente ensayo recorre la presencia de Don Juan entre
nosotros como una de las marcas más sutiles y poderosas
de la cultura de nuestro tiempo.