¿Por qué la publicidad no puede interrumpir más que las películas de la tele? ¿Por qué solo puede colarse en los dibujos animados, las páginas de los periódicos, los programas de radio, los portales de internet, las camisetas, los autobuses y las vallas publicitarias, y nunca aparece en los libros? Usando como base el archiconocido cuento "Caperucita roja", este libro propone una reflexión irónica y muy divertida sobre la influencia de la publicidad en nuestra vida y nuestras mentes.