Charles Dickens acaba de fallecer. Entre las personas que asisten al entierro está su gran amigo y agente literario John Forster, al que le cuesta imaginar un día a día sin la compañía del autor. John comienza por ordenar papeles y documentos con el propósito de escribir una biografía, cuando, una noche, se le aparece el espectro del propio Dickens dispuesto a revivir su infancia para que así John conozca de primera mano aquellos aspectos hasta el momento desconocidos.
Y así, acompañados por un fantasma, con ternura y humor, se nos brinda la posibilidad de adentrarnos en la infancia de Dickens, y de entender mejor la temática de sus novelas.