Cuando Sol y Connie Blink se mudan a Grand Creek, una de las primeras personas que les da la bienvenida es
una peculiar anciana, Fay Holaderry, y su simpático perro Swift, que lleva un hueso muy raro en la boca. Sol sabe
muchas más cosas que la mayoría de los niños de once años: cuando identifica el hueso como un fémur humano, él y Connie
empiezan a preguntarse a qué se dedica su vecina.