¿Pensáis que es mala idea dejar que Nana haga una lista de lo que quiere para su cumpleaños? Es que ha pedido UN HÁMSTER. Y aunque le han dicho que no, porque luego crecen y dan muchos problemas, ha pedido otro por si acaso. Y también una bicicleta, una ambulancia para su hospital de muñecos, lápices de colores y un teléfono. Mientras llega su fiesta, Nana aprende a nadar, supera unos dolores de tripa tremendos y se divierte con la obra de teatro que monta su hermana Moni. Hasta que el día de su cumpleaños le regalan un montón de cosas pero... ningún hámster. A pesar de eso, Nana no pierde la esperanza de que algún día le regalen uno.