¡Peligro! ¡Este libro tiene una apariencia muy seria pero, en realidad, es totalmente ridículo! Si un niño te propone leerlo, que sepas que te está jugando una mala pasada. Acabarás diciendo palabras tontorronas y ¡haciendo que todos los que están a tu alrededor rían y rían sin parar! No digas que no te avisé… Sorprendentemente simple e ingenioso al mismo tiempo, El libro sin dibujos provoca la risa cada vez que lo abrimos, crea una experiencia agradable e inspiradora, para compartir. Sirve para introducir a los más pequeños en la poderosa idea de que la palabra escrita puede resultar una fuente inacabable de travesuras y alegría.