La entrada en el mundo digital y la muerte de la industria han permitido que surja una nueva figura, la de los «ejes», gente capaz de convertir su conocimiento y experiencia en el epicentro de su empresa, vida y seguidores. Personas capaces de dar sentido a su trabajo y a sus obras, de convertir el caos en orden, de motivar al resto, de conseguir que las cosas ocurran. En definitiva, de ser imprescindibles.