Miquel Dewever-Plana reflexiona, a través de sus fotografías, sobre los cambios que la humanidad ha experimentado desde el principio de los tiempos. Las culturas, las lenguas, las identidades y las sociedades han «evolucionado» siempre y se han construido con o contra «el otro». Y para mostrar y evocar esta transición de un mundo al otro, utiliza las fotografías y los testimonios. De este modo, muestra a los amerindios con sus dos vestimentas, en dípticos, cara a cara, para captar miradas, expresiones, gestos y posiciones que infl uyen en el comportamiento, la actitud o las formas de ser. Los retratos y testimonios diseñan la imagen de un mundo en movimiento, de una cultura cambiante, llena de miedos y angustias, pero también de sueños y perspectivas. Una temática universal que nos llevará a cuestionar nuestra propia identidad.