Para que algo reviva, primero tiene que desaparecer, y esto, en el caso del vinilo, comenzó en los 80 con el auge del CD. Sin embargo, ni siquiera la caída en picado de las ventas supuso el final definitivo para este formato, que sobrevivió hasta experimentar un auténtico boom en la década de 2010. Los vinilos cuentan hoy con una legión de adeptos que no se resisten a la fascinación de todo un objeto de culto. Ahora que cualquier tema está tan solo a un golpe de clic, los auténticos fans de la música vuelven a disfrutar más que nunca del placer de coleccionar sus discos favoritos.