Tras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albión ven cómo la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor. Pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combatían igual que los hombres y el honor representaba el máximo valor, los habitantes de la nueva Britania comprenden que solo la unidad les permitirá oponerse a la todopoderosa águila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduría secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasión de los individuos inciden, una vez más, en el curso de la Historia. Traicionado por un antiguo amor, Caradoc es capturado y desterrado a Roma, donde ha de sobrevivir en la corte imperial. No obstante, su lucha se perpetúa en la persona de Boudica, que se enfrentará al brillante general Paulino.