La vida en la ciudad no proporciona muchas oportunidades para permanecer en contacto con nuestro ser profundo. Sin embargo, como demuestra la autora, es posible practicar el zen en el día a día, incluso mientras fregamos platos o vamos en metro. El libro explica de manera sumamente sencilla los principios elementales de la postura de za-zen, las técnicas de respiración, silencio, meditación y cómo integrarlas en nuestro día a día.