De entre todos los libros perdidos de la Antigüedad, tal vez sea La Tabla de Esmeralda el que, desde hace siglos, haya despertado mayor curiosidad y controversia a la vez que ha excitado la imaginación de generaciones de personajes de todo tipo debido a su legendario carácter sagrado y a su fama de depósito de conocimiento y sabiduría provenientes del mismo dios Thot.
Con una existencia real para algunos y, para otros, producto del mito y la fábula, lo cierto es que este texto ha sido uno de los pilares básicos sobre el que se levantó todo el hermetismo y esoterismo de occidente y, por otro, fue una de las fuentes de las que más abundantemente bebió el pensamiento gnóstico.
En esta obra, el autor afirma haber recibido en Egipto, de manos de una familia copta, una copia de una parte de la auténtica Tabla de Esmeralda, concretamente la parte del Oráculo de Thot que se reproduce íntegro en estas páginas.