Asediada por la burocracia, los neopedagogos, la desconfianza institucional y las demandas de una competencia global centrada en la formación de activos empleables, la universidad vive una crisis de identidad sin precedentes. Ahora, cuando una Europa en crisis más la necesita, es cuando esta institución esencial debe hacerse las preguntas adecuadas y adoptar un nuevo rumbo que le permita atender a sus importantes responsabilidades: ¿para qué va uno a la universidad, además de para incrementar sus opciones en el mercado de trabajo? ¿Qué es la educación superior, y hasta quiénes han de llegar sus beneficios? ¿Qué hechuras habría de tener la universidad, para que la posverdad, el auge de populismos, nacionalismos y fundamentalismos y los enormes retos que afronta el planeta no sepulten nuestras democracias europeas?
Este estimulante y provocador ensayo, de escritura poderosa y sugerente, da algunas de las claves para la necesaria revitalización de la institución universitaria, uno de los pilares de ese modelo de convivencia que el mundo más que nunca necesita: Europa.