Cada vez va quedando más claro que no hace falta ser autista para estar dentro del espectro autista. Dentro del TEA hay chicos que hablan y otros que no, algunos no sonríen a los otros, pero no todos; hay chicos con estigmas físicos y otros que no, hay chicos con enfermedades genéticas comprobadas y otros no,...
Ante tanta diversidad no es ni será posible encontrar una determinación genética única porque se trata de trastornos graves y complejos en los procesos de subjetivación. Es decir, de las formas en que un recién llegado al mundo se apropia de lo que este tiene para ofrecerle y es a la vez apropiado por su familia. No tenemos certezas causales.