Londres en los años 60. Música pop, drogas, crimen y libertad sexual. Este es el escenario de la vida de Harry Stark, gángster maniaco depresivo, amante del buen comer, de los trajes hechos a medida y de un buen número de jovencitos serviles. Nadie que conozca a Stark se puede mantener indiferente al aura de violencia contenida que parece impregnar todo lo que hace. No pudo, al menos, ninguno de los cinco personajes que desgranarán su vida. Esta novela es la primera parte de una aclamada trilogía, que se completa con Canciones de sangre y Crímenes de película.