Durante seis años, los falsificadores de arte Vicent Bloom y Elijah Fish engañaron al mundo internacional del arte con “nuevos descubrimientos” de obras maestras de artistas como Picasso, Giacometti, Matisse, Degas y Chagall. Las principales casas de subastas creyeron que las falsificaciones eran auténticas pero, debido a una serie de desafortunadas coincidencias, finalmente Bloom y Fish acabaron en la cárcel.
Siete años después, tras haber salido de prisión, Bloom se encuentra de nuevo con Fish y le propone un nuevo plan: robar algunos de los más valiosos cuadros del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston. Entre las piezas de incalculable valor que Bloom pretende robar se encuentran Tempestad en el mar de Galilea de Rembrandt y El concierto de Vermeer. Según Bloom, el museo tiene unos sistemas de seguridad mínimos y los cuadros no están asegurados. Fish duda. Lleva una vida decente vendiendo reproducciones de arte y no quiere volver a la cárcel. Sin embargo, cuando Bloom le informa de que su nuevo socio ha sido tiroteado después de intentar engañar a la gente equivocada vendiendo las reproducciones de Fish como originales, éste decide unirse a su viejo amigo en el mayor atraco de arte de la historia de Estados Unidos.