Cuando Salman Rushdie fue condenado a muerte por el
islamismo radical, un amplio conjunto de pensadores se
atrevió a arriesgar su vida en su defensa. En la actualidad,
sin embargo, mientras ellos están siendo ridiculizados por
la prensa progresista, al mismo tiempo está surgiendo una
nueva generación de islamistas llamados «moderados» que
no denuncian la misoginia, el terrorismo y la intolerancia.
¿Cómo es posible que se alcance semejante retraso, y
por partida doble? Berman explora este fenómeno con
una argumentación fundamentada en una investigación
meticulosa. Recapitula el recorrido de los Hermanos
Musulmanes y las filiaciones entre nazis y los muftíes de
Jerusalén para señalar cuáles son sus semillas ocultas en
el islamismo moderno. Sin embargo, este ensayo es más
una llamada de atención que una advertencia, en la que el
autor retrata al intelectual huidizo y cobarde, aclarando los
malentendidos en los que se incurre al hablar del terrorismo.