Vivimos tiempos oscuros para la política: muchos de sus protagonistas han perdido credibilidad ante los ciudadanos. Pero quedan aún algunas personas, trabajadoras y discretas, que no cejan en su empeño de hacer bien su trabajo y se esfuerzan por servir al bien público a pesar de los sinsabores. Uno de esos hombres es Javier Arenas, que fue ministro y secretario general del PP. Después de casi cuatro décadas dedicado a la política, Arenas comparte unas memorias amenas, cercanas, curiosas y divertidas, aunque profundiza también, siempre dando la cara, en los asuntos más serios. Muchas anécdotas–algunas más trascendentes, otras más cotidianas– que, sumadas, configuran a la vez el retrato de un político humilde y trabajador, una figura de primera fila en la historia de la política española durante los últimos años.