En el tercer libro protagonizado por Pancho, Teban y Joseque, los tres chicos vuelven a llevar el caos al pueblo. Han escuchado que viene el diluvio y deciden salvar a todos los animales. A diferencia de Noé, no cuentan con un arca, sino con una pequeña ermita donde intentan dar refugio a cerdos, vacas, burros, gallinas, sapos, culebras e incluso hámsteres. Pero los animales pertenecen a los habitantes del pueblo, que, extrañados, empiezan a dar explicaciones absurdas a lo que está sucediendo. Al final, no hay diluvio, y la única tragedia es la que viven los protagonistas, que serán castigados durante más de cuarenta días y cuarenta noches.