Es fácil sintonizar con lo que se asemeja a nosotras y alejarnos de lo que nos genera pensamientos y emociones negativas. Pero no podemos aislarnos siempre de lo que no nos gusta, de aquello sobre lo cual discrepamos. Los opuestos son una realidad; de hecho, son la esencia de nuestra existencia. Y cuando se unen, hacen posible otra realidad que supera su individualidad. Los opuestos suman cuando se unifican, restan cuando se polarizan.
La conciliación consiste en buscar los puntos de encuentro entre aspectos o partes encontradas. Y empieza en nuestro interior: primero hemos de saber reconocer qué aspectos nuestros nos gustan y cuáles no. Todas tenemos nuestras luces y nuestras sombras; las luces nos proporcionan momentos de gran felicidad, pero las sombras son las que nos hacen crecer.
Os invito a que este año descubramos juntas nuestras facetas encontradas y aprendamos a reconciliarlas. Lo más importante es conseguir aceptar los pensamientos y sentimientos que nos producen desasosiego. No para recrearnos en ellos, sino para escucharlos e interpretarlos.
¡Vive la emoción de esta nueva aventura! Reconcíliate contigo misma y con los demás. Y aprovecha las nuevas y maravillosas oportunidades que nos brinda el nuevo año.