El agua del lago de Chernóbil, tras la terrible explosión de la central nuclear, se ha vuelto radioactiva. Todas las mañanas se extiende sobre las dos orillas una bruma tóxica que te matará si la respiras. Y si no te mata, quizá sea todavía peor, porque te provocará las más horrendas mutaciones que ningún ser humano puede soportar sin volverse loco de dolor o de espanto.
En el centro de ese lago radioactivo se levanta un viejo árbol que se resiste a morir. Es un árbol enfermo, lleno de enormes tumores, en el que vive el Mago Dementerio, encadenado a su tronco para siempre.
Al caer la noche, llegan los liquidadores y limpian el lago de basura tóxica. Mientras tanto, el cisne negro y el cisne blanco bailan sin música sobre el agua putrefacta. Es un acto de amor. Quizá el último.
Porque no hay lugar ya para la esperanza. Porque el lago de Chernóbil es la sala de espera de la muerte.
Y ahora os presento a Claudia, la mujer que viene huyendo de algo que no quiere ni nombrar. Su destino, de cumplirse, es mucho peor que la radiación.