Afirma Martin Buber en estos «Estudios sobre las relaciones entre religión y filosofía» que «existe un eclipse de Dios de igual forma que existe un eclipse solar, y la hora que nos toca vivir es una hora de tiniebla».
Así, al reflexionar sobre la relación que ha mantenido el hombre con el Absoluto a lo largo de la historia –desde la Antigüedad al tiempo presente–, el filósofo vienés considera que Dios se ha convertido en algo irreal para el hombre contemporáneo.
Esta situación no ha sido fortuita, sino que tiene su causa en la evolución de la filosofía occidental, pues se trata de una filosofía centrada en un individuo que objetiviza la realidad (yo-ello) y no en una persona que existe y experimenta a partir de la relación dialógica (yo-tú).