Las lápidas de los cementerios hablan de acuerdo a un código internacional de símbolos que pueblan las tumbas y que la mayoría de los vivos no saben leer. Árboles, flores y plantas o animales tallados en las piedras funerarias informan, mediante códigos hoy en día olvidados sobre el oficio del difunto, cuáles fueron sus virtudes terrenales, qué religión profesaba e, incluso, de qué murió. Fátima Elías exhuma las imágenes de un pasado en un diccionario que da voz a los muertos, proporcionando ejemplos de los signos que hace tiempo funcionaron como metáforas. Antonio Seijas los ha dibujado minuciosamente para hacerlos reconocibles al lector, para que no haya duda de cómo se reconoce una antorcha llameante boca abajo o una mujer apoyada en un ancla.