Desde hace décadas, la realidad y la teoría de Lóczy han sido una fuente inagotable de reflexión y de inspiración para mejorar el trabajo cotidiano de los maestros en cuanto a la manera de hacer, y por lo tanto también a la manera de ver y respetar al niño.
El librito que tienes en las manos es una joya de esta pedagogía, hace años tan poco conocida y ahora tan desvirtuada, que se ha construido día tras día en la pequeña mansión con un gran jardín de la calle Lóczy de Budapest, una casa donde se han aunado de manera excepcional la vida al lado de los niños con la investigación sistemática del Instituto Pikler, combinación todavía hoy única en el mundo de la educación de los más pequeños.
Hacer accesible a todo el mundo lo que es complejo es una característica de su estilo de trabajo, por eso la lectura de este librito resulta sencilla, fácil, pero lo que plantea es de una gran profundidad. Por lo tanto, hay que estar alerta, su lectura exige tiempo y reflexión.
Como sucede tantas veces con el juego de los niños, el delicado hilo de la narración se podría banalizar, pero, si se toma en serio, puede ayudar al lector a convertirse en un adulto más diestro en las relaciones que establece con el niño y su juego.