Los hombres deben asumir un papel activo en la construcción de un modelo de sociedad más democrático e igualitario, en el que mujeres y hombres tengan los mismos derechos y obligaciones, donde la igualdad de oportunidades se traduzca en igualdad de resultados, y en el que la violencia simbólica y real contra las mujeres no tenga cabida.
Desde este presupuesto, se ha creado y evaluado una herramienta que, a través de la concientización y capacitación de hombres (que podrían sensibilizar a otros hombres), pretende contribuir a la prevención de la violencia contra las mujeres y a la erradicación del sexismo. Se trata de una guía cuyas sesiones de trabajo combinan el análisis y la adquisición de conocimientos, con el análisis socio-cultural y político del sistema patriarcal y el sexismo, así como con el trabajo personal y vivencial.
A través de esta metodología, se pretenden promover cambios a nivel ideológico y psicológico-emocional; realizando un análisis crítico que permita encontrar el significado de lo que ha sido naturalizado, y que ayude a desechar explicaciones de la vida cotidiana que simplifican, reducen, distorsionan u ocultan sus orígenes, llevando a aceptar como inevitables, como la “forma de ser de las cosas”, situaciones perjudiciales, desequilibradas y/o desiguales para las mujeres y los hombres; y abordando aspectos emocionales y vivenciales vinculados a la forma de sentirse y desarrollarse como “hombres”, a las relaciones hombre-mujer y hombre-hombre, a las dificultades para identificar los comportamientos dañinos generados desde este modelo interiorizado de ser “hombre”, y a las dificultades para reconocer y expresar las emociones propias y ajenas, para empatizar, atender, cuidar y desarrollar relaciones igualitarias, justas y solidarias.