Botsu se ha encontrado por fin con su verdadero yo. El Botsu que vivía en el mundo real poseía un corazón débil que lo había encerrado en una burbuja de soledad pero, al ver como unos monstruos atacaban Monte Rueca, el débil corazón de Botsu recobró todo su verdadero coraje. Ambos Botsu, ya que el original había sido dividido en el Botsu del Mundo Real y el Botsu del Mundo de los Sueños, se fusionan en uno solo para así poder proteger a las gentes de Monte Rueca de los monstruos.
La visionaria, Madame Candelaria, guía a un Botsu ya fusionado y que ha crecido como persona hacia las mazmorras del castillo de Somnia. Allí descansa el Yelmo de Sebath, una parte del legendario equipo que solo el verdadero héroe puede llevar. Cuando Sebath le entrega a Botsu el yelmo… ¡nace un nuevo héroe!
Botsu y los demás continúan su viaje de aventuras, y tras vencer al Temible Adversario Aguileón, se dirigen al Monte Niaquiniallá en busca de la espada legendaria.