Mi nombre es Óscar Santamaría. Soy un joven de 35 años, y me gustaría contarles mi historia.
Hubo una época de mi vida en que me llegué a preguntar: ¿Seré yo la muerte?
Todo empezó aquella fría mañana de domingo, en la que, después de ir a correr con mi perro Robín por el parque Pegaso, fui a visitar a la madre de mi amiga Nerea, que estaba en el hospital.
Jamás imaginé que el simple error en un número de habitación iba a cambiar mi vida para siempre.
A partir de ese día, una serie de situaciones paranormales desmontarían todo mi organizado y cuadriculado mundo. Pero a la vez, me enseñarían que a la vida hay que agarrarla con fuerza, y que la muerte es como una especie de… “Shup”, tras el que se esconde una puerta que nos conducirá a un mundo nuevo, lleno de luz, donde la soledad nunca más tendrá cabida
Dicen que nadie sabe, en realidad, lo que hay en el “más allá”. ¿O sí?