Todos los hombres del dibujante nos propone una mirada a todo color a la iconografía particular del comiquero Sebas Martín, desde su personal visión del homoerotismo, en los albores de la humanidad, hasta el particular filtro con el que contempla la cotidianidad que le rodea. Siempre desde una perspectiva en la que no falta vello, buenos músculos y ese particular sentido del humor al que nos tiene acostumbrados en sus novelas gráficas.
«Sebas estará de acuerdo, lo sabemos por nuestra experiencia en la última década: nada da tanta alegría como el dibujo erótico, de contenido abiertamente sexual o pornográfico. Tal vez hay artistas que prefieren esbozar paisajes, pintar acuarelas de gatitos, realizar retratos o construcciones arquitectónicas. Sin embargo, la mera posibilidad de coger un lápiz —o una tableta— para consagrar al papel —o a la tableta—, sin más, las fantasías eróticas más íntimas, ofrece un placer considerable.»
Del prólogo de RALF KÖNIG