Su primer libro lo prologó Gregorio Marañón. Fue al cine con Azorín y frecuentó la tertulia de Pio Baroja. Tuvo amistad y relación literaria con Julio Camba, Wenceslao Fernández Flórez, Luis Calvo, Rafael Sánchez Mazas, Carmen Laforet, Camilo José Cela y otros mil escritores, por citar solo a escritores. Es Marino Gómez-Santos (Oviedo, 1930) uno de los grandes lujos, de los pocos lujos de la literatura española de ahora mismo. Sigue en activo, activísimo en realidad, y acaba de terminar una novela y un segundo volumen de memorias literarias, tras su memorable La memoria cruel. Su césar gonzález-ruano en blanco y negro es la primera mirada seria, total y bien informada sobre la figura humana, a veces demasiado humana, de González-Ruano, últimamente nuestro primer escritor maldito del siglo XX. Libro muy esperado por los que no esperan nada de los bestsellers y no solo oportuno sino necesario; con toda seguridad, una de las pocas novedades de verdad literarias en este 2020 que ahora comienza. [A.L.]
Marino Gómez-Santos ha cultivado la historia contemporánea a través del género biográfico. Además de Gregorio Marañón, es el primer biógrafo de Severo Ochoa, Francisco Grande Covián y la Reina Victoria Eugenia. Autor de más de un centenar de semblanzas científicas, entre sus libros más difundidos figuran Vida de Gregorio Marañón, Baroja y su máscara, El tiempo de Sebastián Miranda. Una España insólita, Mujeres solas, Diálogos españoles, Españoles sin fronteras, Mundo aparte, Tributo a Madrid, La Medicina en la pintura, Mi ruedo ibérico, Severo Ochoa. La emoción de descubrir o La memoria cruel, entre otros.