La sombra no es algo patológico, ni algo que daba ser remediado: es una parte integral de la naturaleza humana compuesta por los aspectos personales que no registramos como propios: todo lo que no deseamos ser, y todo lo que desconocemos que somos. A medida que transcurre el proceso de socialización se produce una adaptación de nuestra forma natural de ser a las reglas y demandas del mundo externo. Adoptamos cualidades, actitudes y conductas que conforman nuestra máscara: la forma en que nos mostramos frente a los demás, resaltando los rasgos que aceptamos y que creemos que nos proporcionarán el mayor grado de aprobación externa; al mismo tiempo, excluimos aquellas características que creemos serán rechazadas, que pasarán a formar parte de la sombra. La sombra es el polo opuesto de la máscara. Nuestro lado oscuro incluye todo lo que es desconocido para nuestra conciencia, que puede ser de naturaleza negativa o positiva, términos que siempre son subjetivos y relativos al contexto. Todo lo que rechazamos o admiramos en otros existe en nuestro interior. La técnica más útil y reveladora para descubrir la sombra