Se sabe que muchas veces los libros más tristes son aquellos que se leen entre carcajadas. Y viceversa: hay carcajadas que, de tanta ternura, nos contagian de una tristeza suave. Pues bien, tal paradoja es la que preside esta colección de 16 cuentos que, a pesar de transcurrir en metrópolis, o quizá precisamente por ello, tiene por nombre Lo malo de una isla desierta.
De algún modo, cada uno de los personajes que desfila por estas páginas se ha preguntado si no sería mejor vivir en una isla desierta. Algunos, incluso, lo han intentado. Pero, por suerte para ellos, todos han fracasado y comprendido que, en demasiadas ocasiones, nada se nos parece menos que nuestra propia vida.
¿Deberíamos reír o llorar ante un astronauta que se reclama hijo de sí mismo y que acaba defenestrado tras haber pisado el lado oculto de la Luna? ¿Y ante un androide con un sistema operativo pasado de moda que lucha por olvidar un viejo amor y decide viajar a la otra punta de la galaxia? ¿Deberíamos lamentarnos o regocijarnos si el final del mundo acontece en la última tarde del verano y, por tanto, nos quedamos a vivir en unas vacaciones perpetuas?
Alejado de los planteamientos narrativos más clásicos, con un aire levemente existencialista, Lo malo de una isla desierta reúne lenguajes y atmósferas a las que no falta una pizca de lirismo y otra de surrealismo. Su lectura insinúa que el único camino posible –el único que podemos tomar en serio– es el de la ironía y del humor. Puestos a perder el tiempo, parece decirnos, perdámoslo en una búsqueda que merezca la pena: busquemos el sur del Polo Sur.
Javier Echalecu (Madrid, 1981) es escritor, traductor y administrador civil del Estado; entre otros cargos, ha desempeñado el de subdirector general del libro en el Ministerio de Cultura. Lo malo de una isla desierta es su primer libro de cuentos, aunque ya con anterioridad algunos
de sus relatos habían aparecido en las antologías Segunda parábola de los talentos (Gens Editorial, 2011) y Tres rosas amarillas 01 (en la edito- rial homónima, 2011). Del italiano ha cotraducido La vida fácil. Silabario de Alda Merini (Trama Editorial, 2017), De profundis de Sal-vatore Satta (La Umbría y la Solana, 2019) y La tribu Einaudi de Ernesto Ferrero (Trama Editorial, 2020). Recientemente ha publicado algunas colaboraciones en la revista Turia.