La comunicación es un generador de sorpresas continuas, un horizonte sin fin en el que todo cabe hasta el punto de que, en ocasiones, no llegamos a distinguir la humanidad y la tecnología. El ámbito educativo, en cambio, se ha convertido en aguas estancadas que han impedido que corran aguas nuevas, revitalizadas y con interesantes propiedades, que purifiquen, despierten y hagan crecer aquellos retoños secos por la falta de recibir una brisa suave en sus procesos de transformación. Este libro pretende convertirse en una pequeña aportación con la que agentes educativos y sociales reflexionen sobre la realidad social en la que vive su alumnado y se nutran de ideas que puedan resultar interesantes y, uniéndose a las suyas propias, las recree y de aprendizaje.