Luna de lobos es una novela de resistencia, pero sobre todo es un retrato de la naturaleza humana, un texto cumbre en la trayectoria de Julio Llamazares, uno de los autores más relevantes de la narrativa española contemporánea.
Tres existencias clandestinas acechan desde el silencio del monte lo que un día fueron sus casas, sus mujeres y su vida. El miedo es la única compañía que no abandona a los fugitivos, un miedo que incita a compartir ese estado de tensión permanente que hace esperar y temer que el sonido de la bala enemiga rompa por fin la angustia del silencio. Al tiempo que nos permite asistir a una página olvidada de nuestra historia, la epopeya de estos tres hombres demuestra que la condena a vivir como una alimaña no conlleva necesariamente la pérdida de la grandeza humana.
Ramiro, Gildo y Ángel, tres soldados republicanos de León, huyen en plena noche de las represalias del frente victorioso que ha ocupado su tierra. Refugiados en el monte, al abrigo de la oscuridad de las minas abandonadas, de las cuevas o de la noche, ven pasar los meses mientras tratan de sobrevivir y de escapar al infierno de la clandestinidad. De esta manera se manifiesta un instinto primario que puede llevar a un hombre acosado hacia la violencia.