Cada vida cuenta. Cada cuento es vida.
Mi nombre es Dumbia y tengo cuatro hermanas: Akassi, Assamala, Meliane y Yedei. Akassi es la mayor, tiene dieciséis años. Yo tengo quince y mis hermanas pequeñas tienen doce, siete y cinco.
Mis hermanas pequeñas y yo estábamos muy enfadadas. Nos habían dicho que nuestra hermana mayor tenía que irse a una celebración y que nosotras no podríamos ir. En aquel momento era una gran injusticia. Habían vestido a Akassi con un vestido precioso. ¡Todas queríamos ser como ella! Mamá estaba guapísima con aquel pañuelo azul que me gustaba tanto. Recuerdo que mi abuela también se vistió con sus mejores ropas y que nuestro padre estaba muy muy contento. Estaba orgulloso de su hija mayor.
Pero también recuerdo la discusión con mis tíos. Algo pasaba y no podíamos entender el qué. Le preguntamos a mamá y se hizo un silencio que nunca olvidaremos. Cuando Akassi regresó del poblado vecino con el vestido manchado de rojo y con la cara descompuesta por haber estado llorando, y mucho, el mundo se paralizó.
Un proyecto en colaboración con Open Arms.