Dylan Highmark cree que va a pasar el invierno de sus dieciséis sin pena ni gloria, trabajando un turno tras otro en el Dairy Queen, hasta que se pilla por un chico que literalmente está que arde.
Dylan siempre ha querido echarse novio, y en la zona residencial en la que vive no es que haya muchas opciones... Pero, de pronto, aparece Jordan, un chico completamente normal y corriente (y muy mono) que resulta tener una temperatura corporal de 43º. Ambos comienzan a pasar tiempo juntos y Dylan pronto empieza a sentir de todo. Ahora bien, como la fiebre le dura dos semanas y de un momento a otro, tose llamas, cae en la cuenta de que puede que esté pasando por algo más que un simple enamoramiento. Jordan obligará a Dylan a mantener en secreto los síntomas de esta fiebre, aunque, cuando la presión aumenta y Dylan se distancia de sus dos mejores amigas y de su núcleo familiar, le exigirá a Jordan una serie de respuestas. Aquello que Jordan le revela —por qué es como es, de dónde procede y quién lo persigue— hará que Dylan se dé cuenta de hasta qué punto el primer amor es algo fuera de este mundo. Pero si la atracción que existe entre ellos desafía las leyes de la física, puede que el amor sea lo único que consiga hacer que permanezcan unidos.
La temperatura entre tú y yo es una historia sobre el primer amor y hasta dónde somos capaces de llegar para entender lo que se esconde en nuestros corazones. Lo que da comienzo con un electrizante encuentro casual entre dos personas hasta ese momento desconocidas, rápidamente se convierte en un acalorado romance, un viaje para conquistar la identidad personal y confiar en el otro, una cuenta atrás a vida o muerte.