Atena era valiente y soñadora, aunque entre las paredes de su hogar el tiempo se detuviera y le costase respirar. Joel era un torbellino de creatividad hasta que la crisis pulverizó sus ambiciones, obligándole a tomar un rumbo profesional distinto al que había imaginado.
La historia de Atena y Joel empezó de manera casual. Una tarde rodeados de música, siendo dos jóvenes sin edad sentados en las escaleras de la catedral de Barcelona. Regalarse un beso en los labios parecía la despedida perfecta para dos desconocidos que no estaban destinados a reencontrarse…
Pero, cuando coinciden de nuevo en un aula de bachillerato como profesor y alumna, lo que no pueden decir se convierte en notas de violín y exámenes en blanco. Y el recuerdo fugaz de unas horas charlando sobre sueños frustrados se transforma en el anhelo de más. Entonces surgen las excursiones recorriendo el arte de la ciudad, una libreta de retos y deseos anotados frente al mar.
Y cada pentagrama habla sobre ellos.
Y las melodías los envuelven.
Y resulta inevitable dejar que suene su canción.