Pocos músicos reconocen sus errores o sus desaciertos, se sinceran y se ríen tanto de sí mismos como lo hacen Enrique y Roberto Cubero en la conversación que mantienen con Emilio Gancedo. Y de ese modo, son los dos hermanos quienes nos cuentan su propia historia, la historia de dos chavales, nacidos en los 70 en una Guadalajara poblada por desertores del arado, que, en una habitación con muebles de aglomerado y paredes pintadas al gotelé, se afanan en sacar con una guitarra prestada los acordes de una canción de Sabina o de reproducir unas melodías de Scotty Moore con un viejo laúd de rondalla.
Después, la migración a Cardedeu, en la Barcelona posolímpica, y la formación de la primera banda, RC Brothers, un grupo de bluegrass nacido en 1998 con el que maduraron personal y musicalmente recorriendo el circuito catalán de country. Mientras tanto el aprendizaje de las dinámicas musicales y el estudio del cancionero tradicional castellano. Y tras la separación de la banda, la apertura a un nuevo proyecto construido solo con guitarra, mandolina y palabras y alentado por la libertad de no ceñirse a un estilo. Y, en 2010, el golpe de gracia definitivo: el primer lugar de la segunda edición del Premio Europeo de Nueva Creación de Folclore Agapito Marazuela. Jota castellana con aires de los Apalaches.
El resto de la historia de estos dos músicos hechos a sí mismos está escrita en sus armonías recogidas en media docena de discos y en las letras de sus canciones que ahora traemos aquí.