«Algunos lo llaman felicidad. Yo lo llamo Dios».
«Algunos de vosotros me conocéis por redes. Muchos. No voy a decir que yo no sea ese Tomás que veis. El Tomás seguro y familiar, el Tomás enamorado y buen padre, el Tomás amigo, al que le gusta la moda, y divertirse y conducir, y viajar junto a los suyos… Lo soy, claro que lo soy, pero esa es solo una faceta de mí, una capa superficial, mi ropa, mi aspecto, mi pelo, mi casa, mi risa… Pero soy mucho más.
No sabéis cómo vivo ni dónde. No sabéis lo que pienso ni lo que me mueve. No sabéis lo que siento. No sabéis de mis dudas, de mi seguridad, de mi fe, de mi sensación de impotencia. No sabéis quién soy, pero me juzgáis todos. No puedo criticarlo; yo me he prestado a ello.
Pero creo que al menos deberíais conocerme por dentro. Y eso es lo que espero con este libro».