La autora, procedente de Martinica y residente en Francia, comienza a escribir cartas a Carolina Maria de Jesus, una escritora brasileña en situación de precariedad. En ellas, le relata cómo es su vida con su familia, como escritora precaria y como trabajadora doméstica para las familias burguesas de Marsella. Y es que, después de escuchar historias de mujeres migrantes sobre sus dificultades como empleadas domésticas, Ega se plantea esta forma de esclavitud moderna y decide emplearse como trabajadora doméstica, para conocer desde dentro ese universo de semi-esclavitud y para ayudar a esas mujeres, víctimas de toda clase de abusos. Un documento significativo y conmovedor sobre la explotación femenina y el racismo en el siglo XX.