Pocas cosas suscitan hoy tanto interés como el humor, tal vez porque lo echamos mucho en falta en una sociedad generalmente seria y malhumorada, incapaz de elevarse sobre las cosas con la fina distancia y el placer inteligente que ofrece el humor, capaz de hacernos ver lo oculto, desnudar lo solemne y señalar lo falso. Una categoría, el humor, cuyo carácter y definición se persiguen en este libro (a sabiendas de que es imposible) transitando por libros y autores que le han prestado atención e intentando hacerlo, también, con cierto humor. Un humor que se distingue de lo cómico, lo gracioso o del puro chiste y se convierte en una auténtica posición ante la vida. Algo que tiene más que ver más con el corazón que con la cabeza, como nos recuerda Wenceslao Fernández Flórez, miembro de la generación más brillante de humoristas españoles, un autor que se reivindica y al que se sigue en el desarrollo de este libro. Un humor, por fin, que se rebela frente a la rigidez y el automatismo, como señala Bergson, y que ofrece el consuelo al abatido yo por las penalidades que nos inflige la vida, como no escapó a Freud.
Pedro Charro Ayestaran (Pamplona, 1957) es autor de varias novelas y ensayos, entre las últimas se cuentan: Fin de fiesta. Crónica de una muerte en el encierro, (2014), RC, Responsabilidad Civil (2016) y Viaje a Fardelia (2018). En 2019 publicó Diario de Hendaya, un diario que sigue los pasos de Unamuno en esa localidad fronteriza. En 2020 vio la luz Crónica de un confinamiento. Ha escrito también teatro y dirigido talleres de escritura. Colaborador de prensa, mantiene desde hace años una columna semanal de opinión en Diario de Navarra.