La historia de la Paca Saravia narra el conmovedor itinerario de una mujer que lucha por hacer realidad sus sueños.
“Ser humano y mujer, ni más ni menos”, dice uno de los versos de Ida Vitale que abren Lo que trae el tiempo, junto a otros de Francisca Aguirre que advierten de “la riqueza que se oculta en la pérdida”. Ambas sentencias definen bien el poderoso carácter y el esforzado y admirable itinerario de la protagonista de esta novela, que se hace llamar la Paca Saravia y es descrita por Liliana González Gugelmeier en el recorrido que la lleva desde un pequeño pueblo de Uruguay, Colonia Suiza, hasta la capital del país, Montevideo, siendo apenas una muchacha, así como en las evoluciones posteriores de una mujer que nunca deja de luchar por hacer realidad sus sueños. Narrada en tercera persona y con un estilo entre realista e intimista que nos va descubriendo los conmovedores anhelos de la Paca y sus decisiones alejadas de los cánones de la época, la novela retrata también un tiempo histórico, incluyendo los difíciles años de la dictadura, pero se centra en una vida cada vez más consciente de la que participan otros personajes que brillan con luz propia y nos ayudan a entender las etapas, las renuncias, los sacrificios y también las alegrías, a veces escasas pero enriquecedoras. A través de ella, la autora ofrece reflexiones sobre los caminos que se deben o no tomar, sobre el futuro siempre incierto, sobre los seres queridos, sobre las pérdidas y cómo afrontarlas, sobre los hallazgos personales y el largo camino del perdón.