Esta obra constituye tal vez una de las síntesis más perfectas del imaginario de Galeano: celebraciones, sucedidos, crónicas, sueños, memorias y desmemorias; todo ello mediante relatos breves, directos, conmovedores, asombrosos, en los que hasta las paredes hablan, y en los que, a sus palabras, se suman sus grabados y dibujos.