Continúa la saga Dragonlance (D&D).
Han pasado los años. Caramon y Raistlin han entablado amistad con personajes tan dispares como un kender, un enano y un semielfo, quien, a su vez, conoce a Kitiara, hermanastra de los jóvenes Majere.
Una primavera, Raistlin recibe una misiva del Cónclave de Hechiceros en la que lo emplazan a acudir a la Torre de la Alta Hechicería de Wayreth, donde deberá someterse a la Prueba. Los dioses requieren una espada bien templada para la guerra que se avecina contra las fuerzas del Mal, y Par-Salian quiere que esa espada sea Raistlin.