Los últimos héroes de acción arranca en mayo de 1990 en Cannes, escenario en el que Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone bailaron juntos un vals ante una muchedumbre llena de caras famosas para dejar constancia de que, por fin, hacían las paces — en una ocasión Stallone había lanzado un jarrón a la cabeza a Schwarzenegger, y la cifra de víctimas de Comando había sido incrementada para que la película del musculoso Arnold tuviera «la polla más grande que Rambo»—. Estaban dispuestos a dejar atrás varios años de agrios enfrentamientos.
En esta entretenidísima historia sobre la edad de oro del cine de acción, Nick de Semlyen describe el viaje que llevó a Stallone y Schwarzenegger del odio a la amistad, un recorrido repleto de violencia donde los Estados Unidos de Ronald Reagan y la Guerra Fría actúan como telón de fondo. El libro también revela anécdotas fascinantes y desconocidas sobre los pintorescos personajes que siguieron la estela de ambos actores: los maestros de la patada voladora Chuck Norris y Jackie Chan, los matones iracundos Dolph Lundgren y Steve Seagal y los gamberros Jean-Claude Van Damme y Bruce Willis. Sin embargo, con el paso del tiempo, la era del héroe de acción invencible que salva el mundo con sus músculos, artes marciales o armas letales empezó a desvanecerse. Cuando Parque Jurásico infligió una severa paliza a El último gran héroe de Schwarzenegger en 1993, los días de gloria de aquellos fortachones —y el tipo de masculinidad que encarnaban— llegaron oficialmente a su fin.
A través de entrevistas sinceras realizadas a las propias estrellas y sus colaboradores, amigos y enemigos, Los últimos héroes de acción narra un periodo de la historia de Hollywood en el que la fama de aquellos hombres y el caos que desataban, tanto delante como detrás de las cámaras, parecía no tener límites.