Tras completar su formación en un hospital de Londres, el joven y apuesto doctor Harrison acepta una plaza de ayudante de médico en la pequeña localidad rural de Duncombe, en la que, sorprendentemente, cinco de cada seis habitantes son mujeres; de este modo, se encuentra con que la mayoría de sus pacientes son viudas ricas y solteronas algo aprensivas, que súbitamente tienen dolencias de lo más variopinto. A pesar de que, desde su llegada al pueblecito, el joven médico ha quedado encandilado por la dulce Sophy, la hija del párroco, para no perder su clientela tendrá que lidiar, sin perder las formas, con todo tipo de cómicas equivocaciones y sorprendentes rumores que pondrán a prueba tanto su paciencia como su vanidad.