Y pregunté: "¿Qué pinto en esta vida?" Se me dijo: "Pinta puentes". Me señalaron las orillas que había que unir: lo tangible con lo inasible, lo gozoso con lo indeseable, el bien con el mal. Me regalaron eficaces unificadores: comprensión para las contradicciones, compasión con los aparentes enemigos, integración con los descompuestos y un tripuente entre yo, tú y él. Pintando con lucidez se ve que una orilla y la de enfrente proceden del Origen único que pinta todo amorosamente. Con humor fluido y letras artesanas animo a cruzar conscientemente hasta la otra orilla.