El SCIP-S es una prueba de screening cognitivo específicamente desarrollada para detectar los principales déficits cognitivos que presentan las personas con algún tipo de enfermedad mental, aunque también puede utilizarse para evaluar el estado cognitivo de adultos sin enfermedad mental. Está compuesta por 5 pruebas breves que exploran la memoria, la atención, la función ejecutiva y la velocidad de procesamiento. Los resultados permiten obtener un perfil de los déficits cognitivos del paciente, además de una puntuación total que resume su estado actual.
Dispone de tres formas paralelas de la prueba que permiten evaluar a los pacientes en varias ocasiones, evitando así el efecto de aprendizaje. Esto, unido a su brevedad, hace del SCIP-S una prueba ideal para la práctica clínica ya que se pueden utilizar distintas formas en la evaluación inicial y en las diferentes visitas de seguimiento. Además, ofrece baremos para población general o comunitaria (adultos sanos) en función de la edad y del nivel educativo así como baremos específicos para pacientes psiquiátricos (esquizofrenia y trastorno bipolar I).