A Montse se le ha despertado el reloj biológico; por el contrario, Lídia, más enamorada que nunca, se niega a tener un hijo con ella si antes no acepta por completo su lesbianismo y deja de esconderse ante la sociedad. Montse asume el reto: su necesidad de crear una familia con Lídia es tan grande que está dispuesta a todo con tal de conseguir su sueño.Las dos se ponen manos a la obra y explican, paso a paso, lo fácil que puede llegar a ser vivir feliz, sin hacer daño a nadie y aceptándote tal y como eres. El pacto estaba claro: Montse ya no ocultaba su amor por Lídia y había conseguido no avergonzarse de sí misma. Ahora tocaba tener un bebé. Es entonces cuando la pareja se adentra en el mundo de las inseminaciones. Después de tres intentos, Montse se queda embarazada de mellizos.