Dos relatos sorprendentes enmarcan La confesión
de una joven y otros cuentos de noche y crimen. El que presta título
al volumen es la confesión hecha, poco antes de morir, por una joven
que se suicida tras una compleja relación filial con su madre y
fue fruto de la imaginación, en 1896, del joven Proust.
En cambio, Sentimientos filiales de un parricida,
que cierra el volumen, es un reportaje periodístico. Once años
más tarde la realidad copiaba a la ficción: en 1907, Proust
se entera por una noticia aparecida en la prensa de que un joven de la
alta sociedad, con el que mantenía correspondencia, acaba de asesinar
a su madre y luego, tras mutilarse de forma horrible, se había suicidado.
Antes
de la noche, Violante o La mundanidad y el
final de los celos giran sobre esos mismos elementos: noche, traiciones
a sí mismo, muertes, suicidios morales...